Infecciones en las piscinas

Cuando acudimos a la piscina debemos tener en cuenta una serie de hábitos higiénicos que nos pueden evitar el contagio de ciertas enfermedades relacionadas con el baño. Las infecciones en las piscinas aunque suelen ser benignas, son molestas y frecuentes, por eso debemos incidir sobre la prevención.
Entre las infecciones en las piscinas más comunes están:
Otitis dolencia frecuente entre los bañistas, que suele aparecer unas horas o días después del baño. Las complicaciones son raras y la infección puede afectar al oído medio.
Las recomendaciones para evitar esta afección consisten en la utilización de tapones para los oídos, gorros de baño y sacudir la cabeza al salir del agua, además no usar bastoncillos u otros objetos como horquillas, palillos u otros para limpiar o rascar el oído.
El pie de atleta también es una infección habitual en las piscinas. Se caracteriza por una descamación suave en el pie, que se agrava paulatinamente hasta desarrollar un proceso inflamatorio y producir mal olor. Los factores que intervienen en el desarrollo de la enfermedad son calzado oclusivo y pies húmedos, andar descalzo por lugares contaminados como piscinas, vestuarios y baños de hoteles favorecen la aparición de la enfermedad.
Para evitar la infección por hongos se aconseja lavarse y secarse los pies antes y después del baño. También es conveniente el uso de zapatillas.
Para evitar los cortes de digestión deje pasar dos horas después de las comidas y métase en el agua poco a poco.
En la piscina se comparte el agua con multitud de personas. Aunque se utiliza cloro para la desinfección, su acción puede no ser inmediata. Conviene seguir unas normas de higiene. Es fundamental y obligatoria la ducha antes y después del baño. No trague agua de la piscina y evite que entre en la boca.
Con estos pequeños consejos podremos reducir las infecciones en las piscinas
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